Alcachofas en salsa de la abuela
Sumérgete en el corazón de la cocina tradicional con las alcachofas en salsa de la abuela, una receta que evoca los sabores puros de la tierra y los recuerdos de la mesa familiar. Este plato es un homenaje a los días en que la comida se hacía a fuego lento y con mucho amor.
Personalmente, encuentro que las alcachofas tienen un encanto especial. Su sabor único se realza en esta receta, donde se bañan en una salsa que las abraza con cada bocado. Y si te pica la curiosidad por explorar más delicias, no dejes de probar el risotto de pollo, una experiencia cremosa y reconfortante, o las alcachofas confitadas al horno, que son un verdadero regalo para los sentidos.
Preparar las alcachofas en salsa de la abuela es más fácil de lo que imaginas y el resultado es un plato que conquista corazones. Anímate a traer un pedazo de historia a tu mesa y deja que el aroma de esta receta te envuelva.
Por qué te encantará esta receta
- Conexión con la tradición - Una receta que trae a tu mesa el sabor de los guisos de siempre, con un toque personal que te transportará a la cocina de la abuela.
- Saludable y nutritiva - Las alcachofas son conocidas por sus propiedades beneficiosas para la salud, y esta receta las potencia con ingredientes frescos y naturales.
- Perfecta para impresionar - Aunque es una receta con raíces caseras, su sabor y presentación la convierten en un plato estrella para cualquier ocasión especial.
Los imprescindibles de la receta
Para que esta receta de alcachofas en salsa de la abuela cobre vida, hay unos protagonistas que no pueden faltar en tu cocina. Aquí te detallo cada uno de ellos y el porqué de su importancia.
- Alcachofas – El alma del plato. Escoge alcachofas frescas y firmes, que al cocinarlas se transformarán en pura ternura.
- Cebolla – Aporta esa base dulce y melosa que toda buena salsa necesita. Yo siempre prefiero la cebolla blanca por su sabor más suave.
- Ajo – Un par de dientes bastarán para dar ese toque picante y aromático. ¿Un consejo? No escatimes en ajo si eres un valiente del sabor.
- Aceite de oliva virgen extra – Es el oro líquido que no puede faltar. Da brillo y profundidad a la salsa, y si es de buena calidad, ¡mejor que mejor!
- Vino blanco – El secreto para una salsa con carácter. Un buen chorro de vino blanco y deja que el alcohol se evapore para que solo quede su esencia.
- Caldo de pollo – Es el abrazo cálido que necesitan las alcachofas para cocerse a la perfección. Si prefieres una opción vegetariana, el caldo de verduras también va de maravilla.
- Pimentón dulce – Añade ese toque ahumado y un color rojizo irresistible. Si te atreves con el picante, el pimentón de La Vera es tu aliado.
- Sal – La clave está en la medida justa para realzar todos los sabores. Y si te gusta la innovación, prueba con sal en escamas.
- Perejil fresco – El remate final. Unas hojitas picadas y esparcidas por encima justo antes de servir, y tu plato brillará.
¡Vamos a empezar con el paso más importante de esta receta! La preparación de las alcachofas. Si nunca las has cocinado antes, no te preocupes, te guiaré en cada paso del camino. Lo primero que debes hacer es limpiarlas a conciencia, ya que pueden tener restos de tierra entre sus hojas.
Recuerdo que mi abuela siempre decía: "Lo más importante es quitarle bien las hojas a las alcachofas para que queden tiernas y jugosas". Así que, retira las hojas exteriores hasta llegar a las más tiernas y blancas.
Luego, córtales el tallo, dejando aproximadamente 2 cm, y quita la parte superior de las hojas más duras. Por último, no olvides cortarles la punta de las hojas, ya que puede ser un poco amarga.
Una vez limpias, es hora de cortarlas. Mi truco es cortarlas en cuatro partes, para que se cocinen más rápido y se impregnen bien de la salsa. Si prefieres, también puedes cortarlas por la mitad, pero recuerda que entonces necesitarán un poco más de tiempo de cocción.
Ya tienes tus alcachofas listas para ser cocinadas. ¡Ahora solo falta el toque mágico de la salsa de la abuela!
¡Vamos a preparar una salsa de la abuela que te transportará directamente a su cocina! La base de esta salsa es un delicioso sofrito que potenciará los sabores de nuestras alcachofas.
Te confieso que yo soy una gran fan de los sofritos, creo que son el secreto de muchos platos tradicionales.
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Para empezar, calienta el aceite de oliva en una sartén amplia a fuego medio. Añade la cebolla picada y los dientes de ajo laminados. Sofríelos con cariño hasta que estén transparentes y su aroma inunde tu cocina.
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Una vez listo el sofrito, es hora de darle el toque mágico a nuestra salsa. Añade el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante 2-3 minutos. ¡Este paso le dará un sabor único a nuestra salsa!
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A continuación, incorpora el caldo de pollo, el pimentón dulce y la sal. Mezcla bien todos los ingredientes y deja cocer la salsa a fuego lento durante unos minutos. Si prefieres una salsa más espesa, puedes reducirla a fuego alto durante unos instantes.
¡Y listo! Ya tenemos nuestra salsa de la abuela perfecta para cocinar nuestras alcachofas. Recuerda, el secreto está en los ingredientes y en el cariño que le pongas a la preparación.
¡Ya estamos listos para darle vida a nuestro plato! Una vez que las alcachofas están limpias y cortadas, es hora de cocinarlas en la salsa. Primero, incorpora las alcachofas a la salsa y déjalas cocinar a fuego medio durante unos 15-20 minutos. ¡Ojo! Recuerda removerlas de vez en cuando para evitar que se peguen al fondo de la cazuela. Si ves que la salsa se espesa demasiado, no dudes en añadir un poco de agua o caldo de verduras para mantenerla suave y deliciosa.
Receta
Alcachofas en salsa de la abuela
Tiempo de preparación: 45 minutos
Disfruta de este plato tradicional y delicioso con nuestra receta paso a paso.
Ingredientes
- 1 kg de alcachofas
- 1 cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 250 ml de vino blanco
- 500 ml de caldo de pollo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 cucharadita de sal
- Perejil fresco al gusto
Instrucciones paso a paso
- Limpia las alcachofas retirando las hojas exteriores y cortando el tallo. Corta la parte superior de cada alcachofa y reserva.
- En una cazuela amplia, calienta el aceite de oliva a fuego medio y añade la cebolla picada y los dientes de ajo laminados. Sofríe hasta que estén transparentes.
- Agrega las alcachofas limpias a la cazuela y rehógalas durante unos minutos, removiendo para que se impregnen del sofrito.
- Incorpora el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante 2-3 minutos.
- Añade el caldo de pollo, el pimentón dulce y la sal. Mezcla bien y deja cocer a fuego lento durante 25-30 minutos, o hasta que las alcachofas estén tiernas.
- Si la salsa está demasiado líquida, puedes espesarla retirando algunas alcachofas y reduciendo la salsa a fuego alto durante unos minutos.
- Por último, espolvorea con perejil fresco picado y sirve caliente.