Paella con alcachofas

Receta ↓ Ángela Solar

¡Descubre cómo hacer una paella con alcachofas que sorprenderá a todos! Con este plato tradicional español, darás un toque diferente a tus comidas, combinando el sabor único de las alcachofas con el arroz.

Si eres un amante de las recetas con arroz, no puedes perderte esta paella de pollo y conejo, que también es una delicia para el paladar. Y para aquellos que prefieren las verduras, las alcachofas a la brasa son una opción perfecta.

Esta receta de paella con alcachofas es ideal para una comida en familia o con amigos. Además, es una forma estupenda de disfrutar de las alcachofas de una manera diferente. ¿Te animas a probarla?

Los ingredientes clave

Para que tu paella con alcachofas sea un éxito rotundo, aquí tienes la lista de ingredientes esenciales que necesitarás:

• Arroz – No vale cualquier arroz, ¡tiene que ser bomba! Este arroz de grano corto es un campeón absorbiendo sabores y manteniendo la textura.
• Alcachofas – ¿Hay algo mejor que unas alcachofas frescas y de temporada? Límpialas bien, córtalas en cuartos y prepárate para disfrutar de su sabor único.
• Pollo – Yo siempre busco un pollo de corral, troceado en piezas pequeñas, porque el sabor es incomparable. ¡Créeme, se nota la diferencia!
• Marisco – Aquí es donde puedes dejar volar tu imaginación. Gambas, mejillones, calamares... elige tus favoritos y dale a tu paella ese toque de mar que tanto nos gusta.
• Aceite de oliva – El aceite es el alma del sofrito y, por tanto, de la paella. Usa un buen virgen extra y verás qué color y qué aroma.

Manos a la obra con los ingredientes

¡Vamos allá! Lo primero es mimar a nuestras alcachofas, que son la joya de la corona en esta receta. Quítale las hojas más rebeldes y corta las puntas con cariño. Parte en cuartos esas bellezas y báñalas en agua con un chorrito de limón para que mantengan su color y frescura.

El pollo, ese compañero fiel del arroz, merece también nuestra atención. Si te has aventurado a comprarlo entero, no te cortes y trocéalo en pedazos que sepan a gloria. Y si ya lo tienes listo, pues ¡mejor que mejor! Así te ahorras el trabajo y te centras en lo importante: que cada bocado sea un homenaje al sabor.

Y qué me dices del marisco, ese toque de mar que nos transporta a la costa con solo cerrar los ojos. Asegúrate de que las gambas estén limpias y los calamares listos para la acción. Si te has decantado por los mejillones, trátalos con mimo, límpiales bien las barbas y quédate solo con los que estén perfectos para tu obra maestra.

¡El sofrito, esa parte clave de nuestra querida paella! Es como el corazón de la receta, el que le da ese sabor tan rico y auténtico. Así que presta atención, porque en unos minutos tendrás listo un sofrito de lujo.

Yo siempre digo que lo importante es tomarse las cosas con calma y disfrutar del proceso. Así que coge una sartén grande, añade un buen chorro de aceite de oliva y ponla a calentar a fuego medio.

Mientras se calienta, pica la cebolla y los dientes de ajo, y échalos a la sartén. Sofríelos suavemente hasta que la cebolla esté transparente y los ajos huelan a gloria.

A continuación, añade el tomate rallado y deja que se cocine unos minutos más, hasta que veas que empieza a caramelizarse ligeramente. ¡Ese es el momento perfecto para incorporar el pollo y el marisco!

Dóralos bien en el sofrito, ya que esto les dará un sabor increíble. Y recuerda, la paella es una receta sencilla si sabes cómo hacerla, así que no te agobies y disfruta cocinando.

¡Cocinemos el arroz a la perfección!

Ahora que ya tenemos nuestro sofrito listo y fragante, es hora de añadir el ingrediente estrella de nuestra paella: el arroz. Yo siempre uso arroz bomba, ya que es el que mejor absorbe los sabores y mantiene su textura.

Recuerdo cuando era pequeña y mi abuela me enseñaba a cocinar paella. Me decía que la clave estaba en cocinar el arroz a fuego lento y dejar que se imprégnase de todos los aromas. ¡Y tenía razón!

Así que vamos a echar el arroz en el sofrito y rehogarlo durante un par de minutos. Esto hará que el arroz se impregne de todos los sabores y quede más suelto.

Una vez que el arroz esté bien rehogado, es el momento de añadir el caldo. Yo suelo usar caldo de pollo o de verduras, pero puedes usar el que más te guste. Lo importante es que el caldo esté bien caliente.

Una vez que hayamos añadido el caldo, bajamos el fuego a medio-bajo y dejamos que el arroz se cocine durante unos 18-20 minutos. ¡No te olvides de probarlo de vez en cuando para asegurarte de que está en su punto!

¡Ahora viene una de mis partes favoritas de la receta! Una vez tengamos listo nuestro delicioso sofrito, es hora de añadir las alcachofas limpias y cortadas en cuartos. Este ingrediente estrella, tan típico de la cocina mediterránea, aportará un sabor único y exquisito a nuestra paella.

¿Sabías que las alcachofas son una verdura originaria del Mediterráneo? Su sabor suave y ligeramente dulce combina a la perfección con el arroz y el sofrito.

1. Echa las alcachofas en el sofrito y rehoga durante unos minutos para que se impregnen bien de los sabores.
2. A continuación, incorpora el caldo y deja cocinar el arroz junto con las alcachofas. ¡El secreto está en dejar que el arroz se cocine lentamente y se imprègne de todos los aromas!